Aunque en invierno no utilizamos apenas el jardín, también queremos sacarle el máximo partido. Es la estación donde comienza el reposo de árboles y plantas. Sin embargo estos mantienen un encanto especial.
En cuanto al cesped, es conveniente abonarlo en otoño para prepararlo para el frío. De esa forma se mantendrá fuerte y en primavera crecerá con más fuerza. No es necesario segarlo pero si es recomendable mantenerlo limpio ya que las hojas secas no sirven de protección y si no se retiran pueden provocar que el césped se pudra y que aparezcan hongos. El césped debe estar siempre aireado.
Las macetas colóquelas en zonas resguardadas y no al ras del suelo para que no se hielen sus raíces. Si son plantas muy delicadas cúbralas con plásticos pero con espacio para que respiren.
Si nuestro jardín tiene piscina y/o estanques los cubriremos para protegerlos de las heladas. Si esto no pudiera ser, ponga bidones de agua y de esa manera evitará roturas que se producen por la dilación del agua.
Para que el viento no haga estragos, coloque tutores en árboles y arbustos. De esa manera evitará que se rompan. Si tiene arboles jóvenes, cúbralos con mantas térmicas.
Cierto que las flores escasean y los árboles pierden sus hojas. Sin embargo existen muchas plantas que en invierno se ven preciosas. Les recomendamos el Cornus (las ramas se vuelven rojas en invierno), el Phornium o el acebo que florece en invierno con sus bayas rojas. También florece en invierno el brezo, el jazmín de invierno y la Acacia de Abata que nunca pasa desapercibido.