Con la llegada del buen tiempo una de las primeras cosas que realizamos en nuestro hogar es retirar y guardar las alfombras de las estancias.

Antes de guardarlas debemos limpiarlas bien, pasando el aspirador (siempre sin el accesorio del cepillo). Le recomendamos no utilizar limpiadores de vapor ya que si la mojamos mucho la lana podría llegar a rizarse y perdería tersura.

Si la alfombra fuera grande seguimos el mismo proceso, enrollándola con el pelo hacía dentro y sujetándola con cinta adhesiva. Si no desea utilizar papel de periódico, también es muy efectivo esparcir sal en la misma y no aspirarla hasta que la alfombra se vuelva a usar nuevamente.
Recuerde NO GUARDAR nunca una alfombra enrollada de pie, es decir, en posición vertical ya que con el peso de la misma puede acabar doblándose y termina por deformarse.